Habrá derbi en Milán. Lisboa tendrá segunda parte. La semifinal no pasará al recuerdo. El combustible del Madrid es la épica y esta eliminatoria se le presentaba como un depósito vacío. Con sufrimiento, con los otros activos del fútbol y de la vida. Cuando el talento no define, el grupo se hace persona y pelea. El Real Madrid no gana con el nombre, gana por lo que representa, por la historia de la gente que dio a luz a la leyenda y por los que intentan dignificarlo en la actualidad. Y cuando vienen malas, como vinieron al final, el equipo es lo que salva el cuello. Y cuando el esfuerzo se hace necesidad, no sobra nadie.
Los de Zidane salieron con un rival extramotivado enfrente. Pero tampoco es que el City fuera el Correcaminos tras el Coyote. El partido, la eliminatoria, tenía ritmo de septiembre y premio de mayo. Se lesionó Kompany y tuvo que ser un defensa el que rompiera el partido. El 15 de blanco, el que puso la primera piedra imberbe y ahora es el héroe barbudo, metió un balón en profundidad a Bale, que en su intento de centrar con la derecha encontró la colaboración de Fernando y clavó el balón en la escuadra.
Con Modric intentando hacer las veces de Casemiro, pero libre de moverse en función de la marejada del partido con Isco, los blancos tuvieron contra las cuerdas a un Manchester City que siempre se mantuvo a la distancia pero que nunca lanzó los puños. Buscando la campana del final del primer asalto el Madrid sufrió una bajada de tensión. Ahí aprovechó Fernandinho para pegarle un meneo al palo de Keylor con un derechazo que hizo temblar a todos los madridistas.
Touré, fue más elefante que elegante. Se movió pesado sobre el césped y el Madrid respiró mientras estuvo en el césped. Tampoco fue el día más activo de Cristiano, hiperactivo en una jaula, lo intentó pero sin mucho recorrido. Es difícil adivinar el tanto por cierto al que se encontraba para jugar, pero queda claro que el número no se acerca al 100.
Llegaron los últimos 20 minutos, llegó el sufrimiento. En el 89' llegó el apoteósis de la agonía. Un chut lejano de Agüero se acercó a la portería de Keylor.
El Madrid estará en la final, con el Atlético, y la ciudad se prepara para lo que se le viene encima.
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