martes, 24 de mayo de 2016

Bale se dio a conocer en San Siro.


Gareth Frank Bale era un fornido lateral izquierdo del Tottenham con poco nombre fuera de la Premier hasta que el 20 de octubre de 2010 dejó a Europa con la boca abierta tras ofrecer en San Siro, el escenario de la final del sábado, una de las exhibiciones más portentosas en las Champions de la última década. Los Spurs perdieron en inferioridad 4-3 ante el Inter, pero todo el mundo habló de cómo Bale logró un hat-trick tras merendarse a Maicon, elegido el mejor dos del continente por la UEFA esa mismo año. “Gareth lo destruyó”, dijo Van der Vaart en la zona mixta de San Siro.

Pero no sólo hizo trizas al internacional brasileño, también martirizó a dos curtidísimos veteranos como Zanetti y Walter Samuel y voló por los aires el entramado defensivo del Inter, de Rafa Benítez. Inglaterra enloqueció con el galés de tan solo 21 años, que pasó a estar en el radar de los grandes de Europa, entre ellos el Real Madrid. 

Lo curioso es que la gran noche de Bale en Milán estuvo muy cerca de no producirse. Tres años después de aquel ejercicio de poderío, Harry Redknapp, técnico del Tottenham, confesó en un documental de ITV4 que con el 4-0 casi lo sustituyó. “Al final le dejé en el campo porque no teníamos nada que perder y lo que logró en 38 minutos tampoco me sorprendió”, argumentó. “Le veía romper en pedazos defensas cada semana”.

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