martes, 24 de mayo de 2016

Hasta la final, otro año más


Dos años después de La Décima, el Real Madrid ha vuelto. A una final. A su lugar como rey de Europa. Su presencia peligró en la noche de Wolfsburgo. Quedó en mero accidente, pero pudo ser fatal. Los tres goles de Cristiano en el Bernabéu lo dejaron en el olvido. No hubo esos sudores fríos contra el Manchester City en las semifinales. Bastó un gol marcado a pachas entre Bale y Fernando.

Para empezar, las bolas (esas que queman según algunos) mandaron al equipo en ese momento de Benítez a un grupo con el PSG, el Shakhtar y el Malmoe, . El Madrid se lo ventiló con cierta facilidad. Sólo cedió un empate, en París (0-0). En el Bernabéu quedó la exhibición sin remate del PSG, pero ganaron los blancos gracias a un gol de Nacho (1-0). El Shakhtar (4-0, 3-4) y el Malmoe (8-0, 0-2) se llevaron sacos de goles.

En octavos Cristiano tuvo que hablar en el Olímpico de Roma (0-2). Celebró el gol abrazando a Zidane. Nacía un nuevo Madrid. Jesé remató la noche, aunque hubo sustos en el Bernabéu. A Salah se le bajaron las persianas pudiendo complicar la eliminatoria, pero CR7 y James la cerraron en la segunda mitad (2-0).

En cuartos, el Madrid se metió en la boca del lobo en Wolfsburgo, aunque hubo tiempo de arreglarlo. Cristiano giró una eliminatoria que se puso muy fea. Remontada en el viejo Chamartín y a semifinales. Otra vez. Siempre ahí. Algo parecido pasó el año de La Décima, y en Alemania. El Madrid casi desperdicia en Dortmund una ventaja de 3-0 en la ida (perdió 2-0 en la vuelta). También fue en cuartos.

En semifinales, decidió un gol en el Bernabéu. El Madrid perdió una oportunidad en el Etihad (0-0) y se arriesgó a una vuelta sin ventaja, pero avanzó hasta la final. El camino a Milán ya estaba hecho.

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