En Lisboa, hace ahora dos años, el Madrid remontó y ganó al Atlético en la final apoyándose en un mejor estado físico de sus jugadores cuando el encuentro se adentró en la prórroga y las piernas flaqueaban de tanta intensidad. Fue fundamental la salida, cuando restaba media hora y el Madrid buscaba empatar a la desesperada, de Marcelo e Isco, así como los minutos finales de un Morata que, pese a no marcar, trajo de cabeza a los de Simeone.
Aquel fondo de armario con el que contaba Ancelotti se ha mejorado esta temporada. Y es que Zidane contará, sentado junto a él, con jugadores capaces de dar la vuelta si el encuentro se tuerce para los blancos. El Real cuenta con jugadores como James, Isco, Lucas o Jesé, que dotan de peligro a los de Chamartín para los minutos finales.
Zizou, en ese sentido, tiene un futbolista para cada menester. Desde un Isco capaz de hacerse con el balón y el ritmo del partido gracias a su calidad a un James que posee uno de los disparos más precisos de Europa. Pero si el técnico quiere verticalidad y trabajo, ahí aparece Lucas Vázquez. El fichaje tapado del pasado verano se ha convertido en el jugador número 12 de Zidane, el que ha reventado más de un partido. Completa el póker Jesé, el canario, en su mejor momento desde su grave lesión, aporta potencia, lucidez y la frescura necesaria cuando una de las teclas de la BBC se apagan.
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