"James no se vende", así lo titula el diario "Marca". La decisión está tomada y desde el Real Madrid ya se la han transmitido al futbolista colombiano y a su representante, Jorge Mendes, que ya sabe que tendrá que echar para atrás todas las ofertas que tenía encima de la mesa por el número 10 del Real Madrid, la mayoría procedente de la Premier.
El futuro de James ha estado en el aire durante los últimos tres meses. Concretamente, desde la derrota ante el Atlético (0-1) el pasado 27 de febrero. Aquel día, el Santiago Bernabéu señaló al colombiano y desde la cúpula madridista se empezaron a plantear su futuro. No es ningún secreto -MARCA informó de ello antes que nadie- que muchas voces autorizadas del club meditaron su venta de cara a este verano, pero tras un periodo de reflexión, en el que ha intervenido hasta Zidane, la decisión final ha sido la de seguir apostando por el talentoso mediapunta colombiano.
Que James no ha rendido a su mejor nivel lo saben en el club y lo admite hasta el propio jugador, pero se confía en que la próxima temporada recupere su mejor versión, la que exhibió durante todo el curso pasado.
Tras un exhaustivo análisis, la decisión de su continuidad, opinan en el Real Madrid, no es un acto de fe, sino una medida responsable de cara a trabajar en un proyecto sólido y a largo plazo. Prescindir por un año malo de un futbolista de 24 años -cumplirá 25 el próximo 12 de julio- que ha demostrado estar listo para rendir al más alto nivel podría ser a la larga un gravísimo error. Porque los informes que se manejan en el Real Madrid siguen hablando de James como un jugador candidatable al Balón de Oro, siempre y cuando recupere su mejor fútbol.
El jugador también se ha hecho a la idea de que seguirá en el Real Madrid. Durante los últimos meses, por su cabeza también ha planeado con fuerza la idea de cambiar de aires. El mal trago que pasó con Rafa Benítez, el hecho de no contar para Zidane en los partidos importantes, su bajón de rendimiento y las ofertas que ha recibido de otros grandes clubes de Europa -Manchester, Chelsea, PSG y Juve le quieren- le hicieron pensar en salir del Madrid.
Sin embargo, el escenario de James ha cambiado con esta conversación con el Madrid. El colombiano, tras el voto de confianza recibido, ve ahora como un desafío cambiar la tendencia negativa de este año. Sabe, eso sí, que tendrá que dejar de lado teorías conspiratorias, pelear en una plantilla donde la competencia es descomunal y centrarse únicamente en jugar para recuperar el peso en el equipo que sí tuvo la temporada pasada.
Porque con los datos en la mano, no hay duda de que James no ha estado a la altura del curso pasado. Mientras que en la temporada de su debut marcó 17 goles y promedió 0,37 por encuentro, este año sólo lleva siete (0,25 por duelo). En cuanto a participaciones, tampoco hay color: 46 partidos disputó el año pasado (44 como titular), que contrastan con los 32 que ha disputado hasta la fecha (sólo 21 de inicio). No contó demasiado con Benítez y tampoco ha sido indiscutible con Zizou, pese a que cuando el francés cogió el equipo le consideraba titular.
A la temporada de James ya sólo le falta un partido, el que disputará el Madrid el próximo 28 de mayo en San Siro. Una final de la Champions que podría cambiar por completo el color de la temporada de James, aunque a una semana del gran partido la realidad es que tiene muy difícil colarse en los planes de Zidane. Al menos, de inicio.
El colombiano será suplente ante el Atlético de Madrid, pero confía y sueña con tener un papel protagonista saliendo desde el banquillo. Es cierto que Zidane no ha contado con él en los últimos partidos importantes, pero la confianza que le ha dado el club declarándole intransferible le hace ver la final de la Champions con otros ojos. Recuperada la confianza, la ilusión vuelve poco a poco a un futbolista que todavía tiene mucho que decir en el Real Madrid.
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