Nacho vive su mejor momento desde que llegó a Primera con su debut el 23 de abril de 2011 con el Madrid en Mestalla (3-6). Acumula siete partidos seguidos entre el Madrid y la Selección a buen nivel. Cinco de ellos como titular. Es su mejor racha desde que llegó a la élite. Y, por si fuera poco, antes de comenzar esta serie de partidos firmó un golazo antológico en Copa del Rey ante la Cultural Leonesa.
En el Calderón se sacó junto a Varane la espina de aquel 4-0 y cuando se lo recordaron después del partido tiró de estadísticas para defenderse: “He sido cuatro veces titular aquí y he ganado tres”. De paso demostró a Zidane que está para jugar en cualquier estadio y ante cualquier rival. Lo hizo con solidez atrás y con un 94,3% de acierto en el pase. Su rendimiento ha quedado probado con Mourinho, Ancelotti, Benítez y ahora con Zidane. Cada año juega más y esta temporada espera llegar a los 100 partidos de blanco. Lleva 87 hasta la fecha con un balance envidiable: 70 victorias, 12 empates y sus derrotas se cuentan con una sola mano, cinco. Para rematar sus méritos están las llamadas a la Selección de dos técnicos distintos, primero Del Bosque. Lopetegui después.
Nacho es el capitán de la última gran generación que ha dado La Fábrica (Carvajal, Lucas Vázquez, Morata, Jesé, por ejemplo). Como tal siempre intenta predicar con el ejemplo. No le ha tocado disfrutar tanto como ahora desde que llegó, pero cuando no le tocó jugar fue un ejemplo. No se saltó ningún entrenamiento libre y trabajó más que nunca. “No puedo dar ni una excusa para que me dejen fuera”, reconoce a su entorno para explicar de dónde saca las fuerzas para mantener la exigencia de trabajo en los peores momentos. Su filosofía desde que Mourinho le hizo debutar ha sido el trabajar callado y así seguirá. Ahora agradece la continuidad: “Es más fácil jugar varios partidos seguidos que entrar y salir. Me notó bien y con confianza".
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