Cristiano no lo dudó, tomó el balón convencido de ponerla en las redes. Buscaba romper el 0-0 que campeaba en el marcador en el minuto 22. Muy cierto que contó con la ayuda de un rebote, el balón pegó en Savic y despistó a Oblak, pero también que el luso le pegó al esférico con el convencimiento de que irá dentro.
El luso, que la había tenido en un cabezazo que sacó de milagro el esloveno, empezaba su particular exhibición. Arrancaba su noche en un campeonato de Liga donde no había sido capaz de marcar a los rojiblancos en los tres últimos partidos.
Pero el Calderón es un campo donde el portugués ya había dado alguna que otra clase magistral. Llegó, en la temporada 11-12, a marcar un hat-trick en el coliseo del Manzanares, donde, cierto es, no anotaba desde el empate a dos de la campaña 13-14.
Sin embargo, ayer pagó todos los platos rotos de esta sequía el Atlético, en el último derbi liguero de la historia del Calderón. El estadio del Manzanares se despedía del que es, quizá, su partido más especial y CR7 quiso dejar su huella. Y lo hizo.
Porque al tanto de falta añadió, ya en la segunda parte, un tanto de penalti cometido sobre él mismo. Ni Oblak intentando poner nervioso a un Cristiano que cogió decidido el balón no valió para que el portugués fallara. Engañó al esloveno y firmaba ya un doblete que iba a tener continuación. Fue de jugada. Fue el 0-3. Fue el tanto que dejaba visto para sentencia el duelo. Con estos tres, CR7 se coloca con 18 goles como el madridista que más dianas ha firmado ante el Atlético. Atrás quedan las 17 de, se dice pronto, Alfredo di Stéfano.
Con este hat-trick, CR7 lleva 10 goles en lo que va de temporada con el Madrid, ocho en Liga, donde ya es el máximo goleador de los de Chamartín. Además, ya es Pichichi de la Liga con ocho tantos, los mismos que Messi y Luis Suárez.
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