El jugador galés regresa por primera vez a tierras británicas desde que fichara por el Real Madrid en el verano de 2014. Y la sala de prensa del Etihad Stadium era un hervidero. Aforo completo para recibirle como lo que ya es: uno de los indiscutibles referentes del actual Real Madrid y el heredero de Cristiano Ronaldo, como quedó demostrado en Vallecas, por si alguien tenía alguna duda.
El conjunto blanco disputará hoy el primer acto de su semifinal número veintisiete de la historia de la Champions. No falta a esta cita con los cuatro mejores equipos del continente desde 2010, aunque también es cierto que en este último quinquenio solo logró acceder la final en una ocasión. Quizás por eso, equipo y cuerpo técnico saben lo que tienen que hacer esta noche: «Hemos visto repetidos los errores del encuentro ante el Wolfsburgo. Debemos ser pacientes e inteligentes. Son dos partidos, no solo el de mañana», explica Bale.
En la misma acera camina Zidane, y sabedor que los hilos de destino son en muchas ocasiones invisibles, le pone rostro y ojos a lo que deambula por su cabeza: ««Estoy tranquilo. Durante el partido algo tenso, pero antes y después siempre lo vivo con calma. Es una eliminatoria al cincuenta por ciento en que no creo que la experiencia sea tan importante. Lo que sí que me gusta es que veo en los jugadores caras parecidas a las de 2014, cuando ganamos la Décima. Ellos saben lo que no estamos jugando y el ambiente es muy similar al de hace dos temporadas».
Aparte de la total recuperación de Cristiano y de Benzema, como desveló el propio Zidane, "están al cien por cien", también Carvajal está a disposición del galo. Toda la plantilla, incluido Borja Mayoral, se entrenó ayer en óptimas condiciones en el Etihad Stadium, por lo que el técnico francés saldrá al campo con su ya habitual once de gala.
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