La temporada 15-16 ha sido, sin duda, la temporada estrella de Casemiro. El brasileño ha mostrado su mejor versión, lo que le ha llevado a consagrarse como titularísimo en el once del Real Madrid galáctico.
Su paso por Oporto le dio lo que necesitaba: minutos en el campo para demostrar su talento. En Portugal el centrocampista disputó un total de 41 encuentros -un récord para el brasileño- y ofreció un rendimiento espectacular. Tanto es así que el Real Madrid no lo dudó y en junio se lo trajo de vuelta a Valdebebas.
La cantidad de ofertas que se recibieron por el jugador el pasado verano obligó al club a reaccionar inmediatamente y lo blindó, ampliando su contrato hasta junio de 2021.
Con Benítez en el banquillo, la situación del futbolista de Sao Paulo fue mejorando partido tras partido. Consiguió ganarse la confianza del entrenador y, aunque en los primeros encuentros no entró en el once titular, poco a poco fue adelantando a otros jugadores del conjunto madridista. De los 25 partidos en los que Rafa Benítez estuvo al frente del equipo, Casemiro participó en 18 -13 de ellos desde el once inicial.
Con la llegada de Zidane al banquillo blanco parecía, en un principio, queCasemiro perdía el protagonismo que se había ganado con Rafa Benítez. En los primeros nueve partidos del galo al mando del conjunto madridista, el brasileño disputó sólo 21 minutos. Pero no se rindió. Tras la derrota en el derbi liguero del Santiago Bernabéu, Casemiro fue ganando importancia en los planes de Zizou.
El Clásico supuso, sin duda, un antes y un después en el año mágico de Casemiro. Los blancos superaron al Barcelona en el Camp Nou y el centrocampista dio un golpe de autoridad definitivo. Aquella noche en Barcelona consiguió secar a Messi y firmó uno de sus mejores partidos.
Pero no sólo ha sido la temporada mágica de Casemiro a nivel profesional. El brasileño se convirtió en padre por primera vez el pasado mes de marzo y en el partido ante Las Palmas dedicó su gol -un cabezazo en el 90' que dio la victoria a los blancos- a su hija Sara.
Casemiro terminó la temporada como titular indiscutible. También en Milán en la consecución de la Undécima, partido en el que fue, una vez más, una las estrellas blancas ante los de Simeone.
"Ahora es cuando tengo que ser más humilde que nunca en mi carrera", repite el jugador en este exitoso momento. De la misma forma que no olvida ni olvidará a dos personas fundamentales para que haya triunfado de blanco: Ramón Martínez, que lo fichó, y Florentino Pérez, que apostó personalmente por el brasileño el verano pasado.
El estatus de Casemiro a nivel de club y de selección ha dado un giro tan radical en una temporada que ahora Brasil suspira por él para los Juegos del próximo mes de agosto. Lo ven como una pieza fundamental para apuntalar una canarinha liderada por el azulgrana Neymar. Pero el Madrid no está dispuesto a cederlo con la Supercopa de Europa en juego.
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